No todos estaban, no podrían. Se quedarían sin butacas: lleno completo. Cada quien una razón, un motivo, una ilusión mezclada con orgullo.
Alguien pudo pensar que Iker podría obtener allí el triunfo para su equipo, se equivocó de partido, de movimiento. Allí no estaba el gol que le daría el triunfo frente a Chile.
Esta espectadora, lo sabía.
El terreno propicio para derrochar energías, instaba los rápidos, flexibles, acordes, firmes, seguros, graciosos y hasta temerosos movimientos de los cuerpos. Danzaban en un solo equipo rítmico o destacaban en lo individual.
Esperé ansiosa el telón. Más por los entrenadores, entre los que me sentía parte, que por los protagonistas de aquel “juego”. Los sabía ansiosos, agotados, ilusionados y por qué no; presuntuosos. Se lo jugaban todo tras un año de esfuerzos. Dicen que también una semana intensiva. Disfrutaban del agotamiento, algunas con el peso de dobles jornadas.
Todos, todas, ansiaban escuchar la señal de inicio.
Se abrió el telón del Gran Teatro de Córdoba en una cita inusual; mientras España se jugaba el pase a los octavos de final, el profesorado del Conservatorio Profesional de danza Luis del Río, aspiraba a dar argumentos para nuevas subvenciones y presupuestos.
Allí estaban sus alumnos y colectivos de familias. Por supuesto estaba yo, privilegiada con la siempre amistad solidaria, que facilitó mi deleite desde la butaca 4 de la platea 8. Gozosa; aunque lo hiciese con otro nombre. Imaginándome la única espectadora cubana, pedagoga, negra y por demás… ajena al futbol, en toda la sala.
Con los compases comenzó el doble partido, a mi lado un abuelo insistía en una doble faena, la vista fija en el escenario, el oído atento a la radio portátil. Lejos de saber, que a su compañera de butaca, para nada interesaba el fútbol, porque mi cita; era con la danza.
Justo encontré aquello que buscaba, pequeño/as, adolescentes, jóvenes regalaron movimientos naturales, sensibles y realistas, acordes, al nivel de desarrollo alcanzado junto a sus maestros.
En delicado intento por mostrar movimientos paralelos para el lenguaje de la danza, avanzaban las jóvenes “Sílfides” con los acordes de un Chopin, que no lograba imaginar siquiera que tan pequeños cuerpos giraran al compás de su música.
Aprendí que la vida puede convertirse en vals o mejor; un vals puede hacerla grata desde su concepción.
Disfruté “Tientos y Tangos”, “Baños olvidados y maravillosos”, “Horas de danzas” y vibré “La Primavera” de Vivaldi.
En unos destacaba la técnica, en otros la gracia infantil, los más trabajados, la osadía de los que ya se enriquecen con fragmentos de aire y estilo.
Logré moverme entre pasos del ballet clásico, español y contemporáneo, me quedaron fuerzas para el último tiempo de partido. Como todos, renuncié a la tarjeta roja.
Faltaba el penalti en aquella Liga de Campeones. Algún entrenado/ar para darme gusto seleccionó al flamenco, para cobrarlo.
Ay de mí que de pronto me vi de pie en aquel inmenso terreno batiendo palmas, gritando ese inconfundible: ¡“Olé”! Que en sonido diferencia comunidades autónomas, en cada partido.
Recordé que jugaba con nombre robado más no acepte la tarjeta amarilla, apasionada, quise llevarme una instantánea de aquel hermoso encuentro.
Ya en la portería casi rodándome las lágrimas de nuevo, recordé gritar: ¡Olé Torito!
Salí, llena de esperanzas para que la crisis no barra nuevos encuentros.
¡Sueño con que mis colegas logren finanzas, para ganar…. series por la danza!
Córdoba, 25 de junio, 2010.
junio 26, 2010
junio 17, 2010
Ella es.
Aprendo a conocerte de a poco para encontrarme en tu día a día; contaban de tí, más nada comparable con adentrarme en tus laberintos, rincones en los que escondes: caprichos, lamentos, sonrisas.
Tu olor flamenco hace vibrar mi ser en cada palma que escucho a mi paso, por tus mínimas calles.
Sencilla, majestuosa.
De noches alumbradas,que mueven sombras en cadencia inigualable con la que tu también mueves todo.
Es tu gente; desbordante de sonrisas por la vida, que reparten gestos de hospitalidad inmedibles.
Tienes verde; que da sombra al día, para avanzar calles de vinos, mesas, copas,sonrisas de futuro y escaparates con amargas esperanzas.
¿Y tus enanos? laten más allá del presente que viven con paso firme los que peinan canas.
Como la mía inscribes tu nombre con la tercera letra del alfabeto universal, te mecen las aguas, te cantan poetas, bailan a tu ritmo cuerpos multicolores, acompañandose de palmas.
Por eso me adentro en tu historia de combates interminables, héroes de mitología, murallas, odas a la vida de reyes, princesas, faraones, santas, dioses; voces,cuerdas de guitarras, ecos de victorias legendarias.
Me presento ante ti, sin afán de conquista, por eso no pretendo abarcarte toda, me conformaré con sentir tu suave latido y el inconfundible aroma de la sierra que bordea tus entrañas.
Así te siento, Córdoba.
Tu olor flamenco hace vibrar mi ser en cada palma que escucho a mi paso, por tus mínimas calles.
Sencilla, majestuosa.
De noches alumbradas,que mueven sombras en cadencia inigualable con la que tu también mueves todo.
Es tu gente; desbordante de sonrisas por la vida, que reparten gestos de hospitalidad inmedibles.
Tienes verde; que da sombra al día, para avanzar calles de vinos, mesas, copas,sonrisas de futuro y escaparates con amargas esperanzas.
¿Y tus enanos? laten más allá del presente que viven con paso firme los que peinan canas.
Como la mía inscribes tu nombre con la tercera letra del alfabeto universal, te mecen las aguas, te cantan poetas, bailan a tu ritmo cuerpos multicolores, acompañandose de palmas.
Por eso me adentro en tu historia de combates interminables, héroes de mitología, murallas, odas a la vida de reyes, princesas, faraones, santas, dioses; voces,cuerdas de guitarras, ecos de victorias legendarias.
Me presento ante ti, sin afán de conquista, por eso no pretendo abarcarte toda, me conformaré con sentir tu suave latido y el inconfundible aroma de la sierra que bordea tus entrañas.
Así te siento, Córdoba.
junio 09, 2010
Tú, ¿qué me sabes?
¿Sabes de amores?
Yo sé de penas.
Mi libro
ganaría el premio a la literatura
Universal
del Corazón.
Esencias,
Sombras,
Fantasmas.
Yo de mis penas
escribo.
Tú que me sabes,
copias.
Carrera atropellada
para obtener título.
¿en amores?;
en dolores del alma.
¿de eso qué podrías decir?,
¿qué me amabas?,
que me amas.
Sabías más,
coronaste tus empeños
con mi libro.
Mayo 13, 2008.
Pinar del Río.
Yo sé de penas.
Mi libro
ganaría el premio a la literatura
Universal
del Corazón.
Esencias,
Sombras,
Fantasmas.
Yo de mis penas
escribo.
Tú que me sabes,
copias.
Carrera atropellada
para obtener título.
¿en amores?;
en dolores del alma.
¿de eso qué podrías decir?,
¿qué me amabas?,
que me amas.
Sabías más,
coronaste tus empeños
con mi libro.
Mayo 13, 2008.
Pinar del Río.
Poesía
Si volviera a comenzar donde quedamos aquella noche
todo se tornaría rojo y azul.
La luna, tú y yo pudiésemos recomenzar.
Sentir tu cuerpo en mi cuerpo
llama, pasión
besos,
el alma de mis labios
desbordar el mar de amar.
Olas mecen la tela.
Envuelven nuestros cuerpos
negando al ritmo
movimientos acordes.
Me buscas y me entrego,
me amas, te deseo,
en nuestros cuerpos arde pasión desordenada,
la entrega se comparte
con una noche de sabanas.
Sabemos,
es fiebre común de las carnes
que se encuentran
compás de los acordes que nos llaman.
En mí, en ti,
dos en un solo cuerpo penetrado,
masa compacta,
en la que no se puede
distinguir que dos es uno,
un solo ritmo de dos cuerpos, basta.
No es solo que amemos,
deseamos compartir sábanas,
arroparnos bajo tela blanca.
Una noche
esta noche,
en que la desidia domina nuestras almas
por no permitirnos estar donde nos corresponde,
vendiéndonos
uno al otro, nuestras almas.
No es mío pero...vale la pena
Eran las8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de un pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.
Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo vi mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.
Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
Él me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, '¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?'
Él sonrió
y me acarició la mano, me contestó;
'Ella no sabe quien soy,
pero yo aún sé quién es ella.'
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé,
'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.
Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
Él me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, '¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?'
Él sonrió
y me acarició la mano, me contestó;
'Ella no sabe quien soy,
pero yo aún sé quién es ella.'
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé,
'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.
Con todas las bromas y cosas divertidas que hay en los e-mails, a veces viene uno que tiene un importante mensaje. Este es uno que creo puedo compartir contigo.
La gente más feliz no necesariamente tiene
La gente más feliz no necesariamente tiene
lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo lo mejor
que pueden.
Yo espero que compartas este mensaje con alguien a quien quieras.
Yo lo acabo de hacer.
que pueden.
Yo espero que compartas este mensaje con alguien a quien quieras.
Yo lo acabo de hacer.
"¡La vida no se trata de cómo sobrevivir a una tempestad,
sino cómo bailar bajo la lluvia!"
junio 03, 2010
Cubaneo (microrelato)
“Cubaneo”:
A Cuba una pequeña Isla rodeada por el Mar Caribe, la dibujan con colores verde, carmelita y el azul de sus contornos en plantas, tierras, playas. Matices, fáciles de ver.
Repleta de cubanas y cubanos optimistas, trabajadores, solidarios, divertidos. Capaces de sonreír ante los malos tiempos: ciclones, sequías, escaseces, crisis, amenazas imperialistas, el más férreo bloqueo genocida o el sofocante calor de sus calles.
Cualesquiera pudieran ser los contratiempos del cubano ante los que evoca, su franca sonrisa.
La apertura de la Isla al turismo masivo, agregó color a su entorno, un verde definido y codiciado, se incorporó al cubaneo en nuestro caimán:
-“Oye, tienes un verde”-. Así de simple se identificó la moneda que en la década de los 90, circulaba con “relativa libertad” las calles. El dólar americano.
-“¡Chico, déjalo que suba que yo lo cojo bajando!- Frase común por aquellos tiempos, para palear sus desatinos en interés de desestabilizarnos.
¿Qué es un dólar? -Una moneda internacional de cambio-.
“- ¡Se perdió en la curvita!-“
Y es que cambiar ha sido el sello distintivo de este latinoamericano, que transforma reveses en victorias. Crecido en una Revolución, “capaz de cambiar todo aquello que puede ser cambiado”. Por supuesto, para el bien de esa bella sonrisa, expresión del humor criollo.
Cambiamos neo colonia por República, mercenarios por compotas, analfabetos por profesionales, criadas por técnicas, democracia por verdaderas libertades, machetes por fusiles, gas licuado por voltios. ¡Y cientos de cosas más!
Cambiamos, porque no queremos dolor por dólar. Proclamamos “vergüenza contra dinero”.
Si hasta cambiamos el continente americano. Ya no anochece, vivimos en el Alba, convencidos de que:“- ¡Por el verde, los cubanos ni se rinden, ni se venden!-“
A Cuba una pequeña Isla rodeada por el Mar Caribe, la dibujan con colores verde, carmelita y el azul de sus contornos en plantas, tierras, playas. Matices, fáciles de ver.
Repleta de cubanas y cubanos optimistas, trabajadores, solidarios, divertidos. Capaces de sonreír ante los malos tiempos: ciclones, sequías, escaseces, crisis, amenazas imperialistas, el más férreo bloqueo genocida o el sofocante calor de sus calles.
Cualesquiera pudieran ser los contratiempos del cubano ante los que evoca, su franca sonrisa.
La apertura de la Isla al turismo masivo, agregó color a su entorno, un verde definido y codiciado, se incorporó al cubaneo en nuestro caimán:
-“Oye, tienes un verde”-. Así de simple se identificó la moneda que en la década de los 90, circulaba con “relativa libertad” las calles. El dólar americano.
-“¡Chico, déjalo que suba que yo lo cojo bajando!- Frase común por aquellos tiempos, para palear sus desatinos en interés de desestabilizarnos.
¿Qué es un dólar? -Una moneda internacional de cambio-.
“- ¡Se perdió en la curvita!-“
Y es que cambiar ha sido el sello distintivo de este latinoamericano, que transforma reveses en victorias. Crecido en una Revolución, “capaz de cambiar todo aquello que puede ser cambiado”. Por supuesto, para el bien de esa bella sonrisa, expresión del humor criollo.
Cambiamos neo colonia por República, mercenarios por compotas, analfabetos por profesionales, criadas por técnicas, democracia por verdaderas libertades, machetes por fusiles, gas licuado por voltios. ¡Y cientos de cosas más!
Cambiamos, porque no queremos dolor por dólar. Proclamamos “vergüenza contra dinero”.
Si hasta cambiamos el continente americano. Ya no anochece, vivimos en el Alba, convencidos de que:“- ¡Por el verde, los cubanos ni se rinden, ni se venden!-“
HOMENAJE
En busca de un cuento:
Ambos nacieron en aquella casa construida para que fueran felices.
Apenas con dos años Caro y Vitti perdieron a sus padres. Es por eso que vivían con sus abuelos.
Felices, risas, sueños, cuentos, nunca faltaban.
Con 4 y 5 años Vitti más que Caro, sabía contar la historia en la que un gigantesco Dragón, conducía a la encantada princesa hacia su felicidad. Si hubiese tenido que escribirla, seguro llenaría 4 páginas.
Con la adolescencia, Caro no sabía dormir sin los bellos cuentos, que su hermano aprendió a contar escuchando a los abuelos narrar historias fantásticas de hadas, duendes, castillos encantados, príncipes y princesas rodeadas por malvados. Eran temas favoritos de los ancianos, para entretener la infancia de los pequeños.
Caro hoy se ha levantado de mal humor, nadie sabe el por qué. Gruña y habla en voz tan baja, que no puedo comprender lo que dice… esperen un momento tratemos de escuchar:
_ ¿Dónde estará?…ya verá cuando lo encuentre, seguro que no quiere. No quiere, esa misma es la razón de su desaparición.
Me parece que es eso lo que le escucho decir. ¿Ustedes también?
Cada uno de los muchachos tiene sus deberes en el colé y en casa, forman entre los cuatro una familia organizada. Verán:
Cada noche antes de acostarse el abuelo Ramón reparte las tareas para el día siguiente, es por eso que pueden ver a Caro muy ocupada. Le toca recoger el cuarto que comparte con su hermano. Por cierto, _que es bastante desordenado Víctor Manuel_. Además, limpiar la conejera y cortar la hierba para dar de comer a los animales. Todo eso, antes de sentarse a hacer las tareas escolares.
_ ¡Víctor Manueeeeellll!_ ¿escucharon? esa es la voz de Caro. Llama desde el traspatio. Deja ver si es ella, mírenla busca a su hermano. Al menos eso parece. Ya casi está entrando a la casa.
_ Abuela ¿has visto a Vitti?_ Casi son las seis y no lo encuentro. Después, no lo querrá hacer_ cuestionaba ante la abuela, que la miraba con cierto aire de despreocupación.
_ ¿Abue me estás escuchando? Te pregunto por mi hermano. ¿Lo has visto?_
La abuela con mucha calma, levantó la vista de su tejido, se ajustó las grandes gafas y con aire despreocupado contestó: _ No ha pasado cerca de mí en toda la tarde_ sin más, volvió a concentrarse en su labor.
Caro siguió su camino, entre las manos llevaba el bote del agua para los conejos. Sin darse cuenta, la derramaba por todo el piso. Abue lo notó, pero nada dijo, sonrió para si misma.
_ ¡Víctor!, ¡Víctor! Dónde estás, te necesito ya mismo_
Caro registró bajo las camas ya organizadas por ella, tras los estantes de los libros; las cazuelas; los juguetes y hasta en las herramientas del abuelo.
Su hermano pequeño no apareció. Contrariada continúo sus deberes, debía estar lista sentada a la mesa a las siete. Faltaban 15 minutos. Allí tendría que aparecer él, era la hora sagrada de cada día.
Miró bien para todos los rincones de la casa antes de entrar al cuarto de baño. No le vio. A punto de entrar la abuela inocente, le indicó:
_Secarás el agua derramada en el piso_ ¿Agua, yo?_ contestó malhumorada Carolina mirando el piso mojado. _ Vale abue, también lo haré_. Con la fregona en la mano, escuchó a la abuela preguntar:
_ ¿Encontraste a Víctor Manuel, Carolina?_ No_ contestó molesta la jovencita.
_Y... ¿Puedo saber para qué le buscas?_
_ Desde ayer lo prometió _ fue su única respuesta entrando al cuarto de baño disgustada.
Abuela Margarita, esperó paciente frente a la puerta del baño, debía estar segura de escuchar el sonido del agua en el cuerpo de su nieta. Entonces y solo entonces, dio la señal acordada sonriendo.
Pero… si es Víctor, saliendo de debajo del inmenso butacón donde teje la abuela. ¡Ella lo sabía! Eh… fíjense bien, ese que se acerca sonriendo, es el abuelo Ramón. ¡También es cómplice!
Los cuatro frente al baño esperan por Carolina que con el nombre de Víctor en los labios, abre la puerta con todos los pelos parados, para sorprendida y con voz lastimosa implorar:
_Víctor, Vitico de mi alma ¿me harás o no el cuento de la piedra encantada? ¿A que si?
Todos, hasta el tío Ricardo que llegaba sin nada saber, rieron de buena gana al escuchar a Víctor contestar:
_ Que siiiii_
Biografía
Biografía:
Pocos han descrito la historia de sus vidas con exactitud. En mi modesta opinión, lo considero meritorio.
Algunos tienen biógrafos, depende de cuan importantes sean para sus generaciones o las que le continúan. ¿Yo? ni lo uno ni lo otro.
Soy una cubana más, negra, a las puertas de la adultez y aprendiz de escritora. Seguro seré importante para mis nietos.
No quiero que mi contradictoria vida sea un misterio para ellos o ellas como lo fue para mí la de mis padres, les dejo una embarazosa verdad, la de quien vivió físicamente a tono con su tiempo enferma para siempre, al pretender asaltar el futuro.
Si les será útil o no, me parece poco o nada interesante de cuestionarme hoy. Solo es el legado que puedo dejarles. Aquí no se acumulan riquezas grandes ni pequeños capitales, para ser exactos.
Si algo acumulamos los cubanos, es historias, muchas, diferentes, variadas, heroicas o no. Como no escogí un lugar para venir al mundo, he vivido conforme con el que escogieron por mí, mis padres.
No quiero que mi hijo o mis nietos, tengan que desapolillar papeles viejos o sentarse a escuchar lo que deseen contarle para entonces; los viejos amigos. Me niego. Nadie puede narrar la vida de otro mejor o exacta, como el que ha sentido los años sobre sí. Nadie como yo para decir acerca de los años en que disfruté merecidas vacaciones en este bungaló llamado: La tierra.
Y como es posible que lo lean antes de yo partir (sería lo mejor, claro está) pues no tengan ninguna pena, pregúntenme cualquier cosa que no puedan comprender o quieran ampliar.
Escuchen lo que debo y quiero contarles, a mi manera, tal y como ha sido.
Al mundo vino esta negra un jueves de mucho sol en la mañana y lluvia en la tarde. El primer llanto lo solté justo al mediodía: ni mucho sol ni lluvia. Justo ahí empezó mi camino; siempre repleto de contradicciones.
Ni buena ni tan mala estudiante, aprobada siempre, eso sí. En casa no aceptaban las malas notas. Sin premios en concursos, es que…ni siquiera menciones pero con valentía asistí a todos los que a lo largo de la vida se me presentaron. Así que he sido valiente.
¿Novios? más de uno y menos de cuatro, marqué record para mi época. Amé a unos más que otros. El último no es el abuelo porque tuve un solo hijo aunque me casé cuatro veces. En ninguna quise hacer pacto con Dios, para seguir siempre adelante. Así que pudiera ser que antes de los 80 vuelva a casarme. Pero no se asusten aún no lo tengo claro.
Trabajos…unos cuantos, 8; 10, en total 12. No me botaban. Decidía retirarme, lo hice tantas veces que no perdí moralmente el derecho a sentirme “jubilada”. Bibliotecaria, Maestra, Directiva (política o administrativa), Bailadora, Vendedora (de piezas de repuesto, interesada en encontrar algunas para mi cabeza) Cronista Social, en fin lo que apareciera y me hiciese feliz. Que les conste, disfruté cuanto hice y no estoy arrepentida. Volvería a empezar.
Pero mi mejor labor fue ser Madre, eso de enseñar, ver crecer y desarrollarse algo que salió de dentro de mí, ha sido mi mejor labor. Ahí pueden ver los resultados: “el alumno superó al maestro”.
Eso sí salí de la Universidad por la puerta ancha con mi hijo en los brazos, otra contradicción para mi tiempo.
Tengo que ser honesta y contarles que el único desempeño que realicé sin agrado fue el de ser Ama de casa. Es la manera más tonta de perder el tiempo. Limpiar, lavar, fregar lo que se vuelve a ensuciar es para mí, una gran tontería pero como nunca me gustó la falta de higiene. Pues…no tuve más remedio que desempeñar la labor, aunque sin ganas.
Y esta es mi Autobiografía, o mejor, como dicen ahora currículo. ¿Así? Sí. Solo me faltaría ser abuela y relacionar los cuentos que les haré para que se los repitan a sus hijos y estos a los hijos de ellos y ellos a los… ¿?
He olvidado cómo debo concluir esta cosa. En fin que me llamo: Rosario de Flores y Campos, tengo 70 años pero aún… ¡puedo bailar son!
Nota: Que de todo esto podrían dar fe: Juan, Pedro, Victoria y hasta Margarita, la mujer más seria de este mundo.
junio 02, 2010
Exclusión. (microrelato)
Exclusión:
Ella cubana. El, de cualquier lugar donde pudiera amarse sin límites, ni ideologías. Lograron enredarse en un idilio sin fronteras geográficas.
Ella negra, él blanco. Se querían aunque la exclusión no les dejó brechas para integrarse al mundo contemporáneo.
Lucharon, prolongando su amor más allá de sus cuerpos. Ele, el hijo deseado, mezcla de blanco y negro. Sin color definido, o mejor, determinado por el espacio. Para Cuba blanco. En Europa negro.
Ele se sabía heredero del criticado idilio. Sufría, más no por eso. Ele ¿hombre?... quizás mujer. Padecía el desprecio de su cuestionado sexo.
Se casó en Europa, sin dejar de ser lo que siempre fue. No pudo prolongar su paradójica especie, se llenó de odio hacia todos y todas, en especial a la mujer que despreció su incomprendido sexo.
Ele legitimo fruto del amor, trató de prolongar su estirpe. Adoptar era su solución. Le negaron también eso.
No por la duda de su sexo, lo negaron por ser cubano. Podría… ¡ser un “pichón de comunista”!. Eso declaró aquel mundo desarrollado.
Odió la especie, el sexo, los mundos divididos y los sistemas sociales. Empleó fuerzas en hacer un monumento al amor lanzándose al Universo, para llegar a ser un “ paria incoloro (a) ciudadano del mundo”.
Mila/Junio/2010
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