Aprendo a conocerte de a poco para encontrarme en tu día a día; contaban de tí, más nada comparable con adentrarme en tus laberintos, rincones en los que escondes: caprichos, lamentos, sonrisas.
Tu olor flamenco hace vibrar mi ser en cada palma que escucho a mi paso, por tus mínimas calles.
Sencilla, majestuosa.
De noches alumbradas,que mueven sombras en cadencia inigualable con la que tu también mueves todo.
Es tu gente; desbordante de sonrisas por la vida, que reparten gestos de hospitalidad inmedibles.
Tienes verde; que da sombra al día, para avanzar calles de vinos, mesas, copas,sonrisas de futuro y escaparates con amargas esperanzas.
¿Y tus enanos? laten más allá del presente que viven con paso firme los que peinan canas.
Como la mía inscribes tu nombre con la tercera letra del alfabeto universal, te mecen las aguas, te cantan poetas, bailan a tu ritmo cuerpos multicolores, acompañandose de palmas.
Por eso me adentro en tu historia de combates interminables, héroes de mitología, murallas, odas a la vida de reyes, princesas, faraones, santas, dioses; voces,cuerdas de guitarras, ecos de victorias legendarias.
Me presento ante ti, sin afán de conquista, por eso no pretendo abarcarte toda, me conformaré con sentir tu suave latido y el inconfundible aroma de la sierra que bordea tus entrañas.
Así te siento, Córdoba.
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Ya sabes a los peques nos encantan los estímulos así que unas palabritas tuyas en el Blog vendrán de maravillas. Gracias Jorgito,Teca y Mila.