Fragmentos


RAZONES PARA ENALTECER MI PATIO”.

Lo que parece ser no interesante, resulta que puede ser maravilloso: mi patio. No es como cualquier patio, se distingue de los demás en la sombra de la mata de chirimoya de mi vecino cuyas ramas dan sombra y frutos a mi patio; sabe recibir como nadie a los amigos. Si mi patio decidiera comenzar a hablar…
Si hablara, comenzaría diciendo: _“Haber vamos a comenzar”_. Esta frase distingue este espacio tan popular de la casa, porque la historia que he decidido contar tiene un antes y un después de que mi patio se hiciese famoso, la tarde en que, siendo tarde, comenzó diciendo (perdonen la repetición) "Buenos días, volvamos a comenzar".
Fue así, puede que algún día tenga una canción como aquella de: "el patio de mi casa, es particular, se llueve y se moja como los demás".
Cuando mi patio no canta, le cantan. Lo hacen los personajes más diversos, lo suelen hacer los marranos de mi vecino, lo hago yo cuando lavo, barro o arreglo el jardín.
Barrer mi patio es como maquillar a una hermosa mujer, o pelar a un gallardo hombre para que luzca más viril. Puede que algún día hasta le canten extrañas faunas.
Recuerdo una noche que en mi patio, dieron una serenata. Las serenatas ese conocido espectáculo colectivo, en que el enamorado decide ponerle música a sus sentimientos.
En este caso pudiese ser que los amigos le pongan música a sus penas o alegrías, para expresar sus sentimientos. Lo cual parece lo mismo, pero no es igual.
 Ese día fue raro, la tarde me sorprendió escuchando tras las puertas de salida al patio.
La música en la tarde era como un estribillo excesivamente insinuante y repetitivo ¿que raro?, por más que traté de sintonizar mis oídos con la memoria, no recordé escuchar algo siquiera parecido. Lo cual no quiere decir que no se hubiese dicho antes, solo que esta vez el aire en mi patio traía el sonido claro y preciso. Quizás por ello ahora lo había escuchado.
Otra de las particularidades es la serenidad acostumbrada de mi patio a altas horas de la noche, sin embargo la misma tarde de la frase, quizás común o nunca expresada en mi patio, el sonido se transformó en un bullicio de cuerdas, metales, maderas, risas, canciones bien entonadas o algunas desafinadas.
El espacio que ocupa mi patio rebosó de gentes de todos los colores y pelajes que en dúos bien que se diferenciaban a pesar de que todos dirigían sus miradas a uno de ellos en especial.
El dúo protagonista de la frase que dividió la vida de mi patio en dos un antes y un después....