_Mamá,
¿quién es la Luna? Pregunté este Domingo al levantarme, justo después de la
salida del Sol.
_La
Luna es un satélite de la tierra. _ dijo ella trajinando en la cocina. _ ¿Y qué
significa la palabra satélite? Quise entonces saber yo.
_
Verás, imagina que estás en el cielo dando vueltas y vueltas despacito sin
parar, alrededor de la tierra. Eso es un satélite, un cuerpo que gira alrededor
de un planeta. Contestó mi madre mientras recogía la ropa sucia para lavar,
como todos los domingos bien temprano.
Entonces
imaginé ser la Luna, y dando vueltas muy lentas pero cada vez más vueltas, caí
de repente al suelo mareada sobre el
bulto de ropas, que mamá tenía ya a su lado para comenzar a lavar.
Enredada
entre camisas y pantalones; blusas y sayas; toallas y sábanas, volví a
preguntarle:
_
Mamá, ¿si la Luna da muchas vueltas se cae? Sin dejarle contestar seguí
preguntando: _ ¿se rompe?
_La
Luna se parece mucho a ti. _me dijo. Es como una gran pequeña, alegre y
preguntona. Sale a pasear en las noches para cuidar de nuestros sueños. Baila,
gira, brilla, canta. Mientras cumple su tarea, dando vueltas alrededor de la
tierra, mirándole siempre de frente y directo a los ojos. Es hermosa, mucho más
pequeña que la Tierra, y aunque la veas brillante, realmente es oscura.
Otra
pregunta tuve que hacer _ Si anda tan sola es porque no tiene amigos. ¿El Sol
no es amigo de la luna? Insistí preocupada.
Entonces
mamá me contó esto que les quiero
contar:
_
Claro que si mi niña, tiene muchos amigos que forman el Sistema Solar. Presta
atención: Un domingo, la Luna quiso jugar con su amigo el Sol, adelantando
todos los relojes del Universo dos horas. ¡Juguetona, vanidosa! quería estar
más tiempo danzando alrededor de la tierra.
Tanto
tiempo estuvo danzando, que los abuelos… y las abuelas también, decidieron
escribir una protesta al Planeta Tierra, que es el responsable del Sistema
Solar. En la carta, las mamás explicaban que el tiempo pasaba y pasaba, sin que
pudieran secar la ropa que habían lavado el día anterior. Casi llegaba el lunes
y los niños y las niñas no tendrían listos, sus uniformes escolares. Tampoco los
adultos saldrían a trabajar. ¡ Y el mundo se pararía!
Cuando
ya se acercaban los relojes al nuevo día, el Sol aún no estaba listo. Entonces
la Tierra que danza más rápido que la Luna, tomó al Sol por uno de sus rayos y
lo colocó en su lugar. Justo delante de la Luna, y antes de la hora
acostumbrada.
Todos
en el Planeta Tierra, corrieron y
corrieron a cumplir la misma tarea. Esa
que me dejarás tú hacer ahora mismo y
antes de que se oculte el Sol.
¡¡Que bonito...!!
ResponderEliminarMe encanta como explicas las cosas a los niños