enero 24, 2011

"Los Muros"

Cuentos de Cuentaquetecuento:


Tengo temor a saltar muros no es porque soy cobarde, algo me pasa con
las alturas. Subir un muro lo hago con facilidad pero cuando estoy arriba y tengo que saltar todo se complica.

Hablando de muros recuerdo a nuestra amiga Teca.

Deben saber que hay muchos tipos de muros, altos, pequeños, gruesos, finitos, de ladrillos, bloques, madera, pueden encontrar muchas formas, colores, tamaños hasta ahí la cosa. Teca conoce uno diferente.

No estoy loca ella cuenta que conoce un muro que habla.

Realizando tareas de la escuela los más grandes de nuestra pandilla investigaban sobre la “Muralla China”, muro gigante con más de seis mil kilómetros de largo y como 7 metros de altura. Una muralla hecha de piedra.

Averiguábamos si era el muro más grande del mundo cuando de pronto se escuchó la voz de Teca - Puede que sea el más grande pero no habla- la miramos – no me miren como si fuera un bicho no habla he dicho-.

Alberto le respondió:- Tequita ¿desde cuándo un muro puede hablar? hay grandes, altos, fuertes, largos, como el de Berlín en Alemania, el de Adriano en Islas Británicas pero no hablan-.

- ¡Lo digo y lo repito sé de un muro que habla! - contestó seria.

- Cuenta Teca -le pedimos.

- En el fondo de este almacén hay una foto grande y antigua que tiene ese muro Cuchumbeo-

- ¿En qué lugar del mundo está ese muro si se puede saber?- grito Alberto. - No sé la dirección -contestó Teca.

- ¿Y cómo sabes que habla?- dijo él.

- Sin tiempo a una pregunta más comenzó:

- Caminaba con Jorgito mi amigo- que solo ella conoce- por un atajo estrecho
del pueblo doblamos a la derecha caminamos 10 0 15 callejones más, volvimos a doblar dimos vuelta a la loma que está ahí mismo y volvimos a caminar 6 callejones.

Jorgito que no se cansa estaba como lechuga fresca yo no podía dar un paso.

- Claro como está gordita comentó Ana Paula. Teca escuchó bien pero continúo.

No es que esté gruesa pero caminamos demasiado así que me senté de espaldas al camino y me quedé dormida. Cuando desperté para continuar un muro cerraba el camino. Miré a Jorgito _¿Y esto? juraría que era un camino, no un muro.

Entonces una voz desconocida contestó: - «Nooo un murooo» - miré a Jorgito sus labios no se habían movido. No había un muro repetí y la misma voz contestó:

-«Nooo habiiia un murooo» -. Nadie ocupaba aquel lugar Jorgito el muro y yo. Cobarde no soy. Grité: _ ¡quién está ahí!_ la voz respondió lo mismo: -
_«quién está ahí»_

Me tranquilicé tomé la mano de Jorgito pegué la espalda al muro para estar
segura que nadie podría esconderse tras de mi. Esperé unos minutos y volví a gritar: -Salgaaa- el intruso respondió lo mismo.

Atrevido quería cogerme que salga él, esperé ni una hoja se movía solo un
ruido como del viento cuando llega el otoño.

_¿Quién es el del cuchucheo?_ Grité y escuché clarito su  nombre-«cuchumbeobeobeo»-.

_Nada que esperar el muro habló, corrí para estar lejos. Habla y eso no tiene que ver conmigo_

Entendí, era el muro de la foto del almacén que debe ser un misterio y el misterio es, que el muro habla.

Allá maestros, investigadores, historiadores yo nada que ver con
muros que hablan.

Seria miró a todos pero comenzó Anastasia luego José Rolando y reíamos todos a carcajadas recogiendo nuestros cuadernos cuando Alberto gritó:

- ¡Eco gordita ¿no sabes lo que es un eco?_

Entre risas la dejamos creyendo en Cuchumbeo, un muro que hablaba.

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Ya sabes a los peques nos encantan los estímulos así que unas palabritas tuyas en el Blog vendrán de maravillas. Gracias Jorgito,Teca y Mila.